Imágenes que migran

Una mirada a Buenos Aires desde la frontera del cine
Diego Fernando Montoya
Buenos Aires, 2009

El cine puede hacer surgir una ciudad imaginaria
bajo el empedrado de la ciudad real,
o el fantasma de otra ciudad,
más nocturna, más embrujada,
tras las apariencias vigiladas
de la ciudad diurna y regulada
Thierry Jouss

Desde su nacimiento a finales del siglo XIX, el cine en su característica narrativa ha estado ligado de manera permanente a la ciudad y a los procesos migratorios del hombre. Las calles, los monumentos, las casas de las tradicionales ciudades del mundo, han sido el escenario fundamental para el séptimo arte. 

A través de Gans of New York entramos junto con los irlandeses a fundar la “gran manzana”; con Rocco e i sui fratelli caminamos Milano, y París, en Before Sunset.

En América Latina, el fenómeno del reconocimiento de las ciudades a través del cine, aunque ha existido, no ha sido tal como en las cosmopolitas ciudades de Europa y Norte América, con excepción eso sí, de Buenos Aires, una ciudad visitada por muchos desde la cercanía de la pantalla gigante, como lo hizo Won Kar Wai en Happy Together, quien, através de dos orientales, vivió y sintió la ciudad como pocos.

Ahora bien, estos dos fenómenos, el cine como expresión artística y la migración como condición humana, unidos e independientes, son características claves al momento de hablar de Buenos Aires, una ciudad formada a partir de los procesos migratorios de principios del siglo XX, con la llegada de los europeos, y que continuaron en menor escala al final del mismo, con el arribo de otras culturas como las sudamericanas de países limítrofes, lo que desencadenó en una suerte de fricciones discriminatorias.

Desde este orden de ideas, el siguiente texto pretende dar una mirada desde la óptica del lente cinematográfico, específicamente a la luz del film Bolivia, al proceso migratorio de finales del siglo pasado en la Argentina; haciendo énfasis en algo que parece contradictorio: que una ciudad formada por los procesos nómadas, dé muestras de discriminación con cierta población de inmigrantes.

Cine y migración: la ciudad
“América fue la tierra que él
Soñó conquistar con su labor...
Y un día de otoño
en Buenos Aires desembarcó.
El rubio metal, bella ilusión,
llenaba de fe todo su ser.
Lo vieron pasar, rumbo al taller,
la lluvia invernal... el día de sol”.
“Un Gallego”. Tango de Armando Tagini (fragmento)

Buenos Aires está en un tango, en un libro, en el cine; sus imágenes, sonoras, escritas y visuales abundan por doquier y es que es lógico, que siendo una de las ciudades que desde los últimos cien años ha albergado más culturas en su interior, sea tan “visible” dentro y fuera de su contexto.

Hablar de Buenos Aires, es hablar de migración, como lo plantea Adrián Gorelik en el texto “Miradas sobre Buenos Aires”(1), la ciudad está formada a partir de este fenómeno. “… las masas de inmigrantes no podían ser vistas como exóticas, sino todo lo contrario: son raíces que anclan a Buenos Aires a una pertenencia familiar”; y esta inmigración formadora de la ciudad no fue sólo europea como a veces parece se ha reducido el tema, pues aunque es sin lugar a dudas la ciudad latinoamericana que más europeos recibió a principios de siglo XX, no podemos pasar por alto que los permanentes flujos migratorios continuaron con las culturas propias y con otras culturas, como las asiáticas, las africanas y las mismas sudamericanas, que en la última década aumentaron el número de visitantes temporales o permanentes. Para certificar lo anterior, basta con revisar el informe publicado en el diario El Clarín, en enero de 2005, sobre un estudio que desde 1992 se hizo en la Argentina sobre los genes que conformaban la población del país; informe en el que se destacó la prevalencia del gen indígena en los argentinos por encima del europeo.(2)

La Buenos Aires del cine, real o imaginada, ha dado cuenta de estos procesos, y aunque han sido muchas las películas que lo afirman, básicamente nos centraremos en la cinta Bolivia de Adrián Caetano, producida en 2001, que más allá de ser un relato de un extranjero en la capital porteña, es la muestra de una parte de la sociedad que discrimina la presencia de un tipo de foráneos.

Analizar el paisaje urbano de una ciudad como Buenos Aires obliga, según David Frisby, a aludir las contradicciones que la compone, porque eso sí, la ciudad antes que cualquier cosa es un ente vivo, en permanente movimiento, y esa característica no la hace ajena a las contradicciones. Partiendo de esto, retomemos la pregunta que nos hicimos en un principio sobre el por qué una ciudad que ha sido formada a través de los años por los altos flujos de inmigrantes, hoy discrimina a grupos específicos.

Discriminación racial, “la ficción”
“- ¿Qué te pasa loco?,
vos te pensás que yo soy ese bolita que está transpirando ahí,
a mi me vas a respetar ¿entendés?”(3y4)
Desde la narrativa cinematográfica, “Bolivia” cuenta la historia de Freddy, un boliviano que llega a Buenos Aires con la intención de trabajar para solucionar un poco los conflictos económicos en los que se encuentra su familia, a quienes deja en su país natal. Contada con un lenguaje sencillo muestra el desarrollo de este personaje, prototipo de la historia de muchos que llegaron a Argentina durante los años 90, provenientes de Bolivia y países aledaños.

En la película, el director desde un relato clásico –lineal-, construye un clima denso visto desde el blanco y negro con que pinta su película y ambientada en una de las zonas marginales de Buenos Aires. Los personajes que intervienen en el film, con diálogos simples pero cargados de mucha “energía textual”, le dan peso a la película en la que se destaca la fobia por el “diferente”, que aquí encarnan basicamente tres personajes: Freddy el boliviano, Rosa la paraguaya y Héctor, un argentino del interior del país, a quién en repetidas ocasiones discriminan por el hecho de ser homosexual.
- Héctor… uy loco, por suerte te volvés a tu provincia; subí el volumen deja ver.
- Basta, cortala con el pibe che.
- Ay se entró el novio. (5)

En palabras de Adrían Caetano, “con la película no quise hacer una radiografía de la sociedad, simplemente quise contar una historia de un bar con siete personajes. El tema del racismo no estaba muy presente, pero inevitablemente hay una serie de temas que al hablar de esos personajes, y ambientarlos en ese estrato social, aparecen solos y se imponen”(6); y esta imposición de la que habla Caetano es evidente, en una ciudad que en algunas oportunidades muestra imágenes que por sí solas dan fe de la existencia de la segregación.

Discriminación racial, “la realidad”
Para dar cuenta de esas muestras de discriminación que en la ciudad se perciben y de las que hace alusión Caetano en su película, veamos un ejemplo evidente que fue publicado en una de las emisiones del informativo del canal argentino Crónica TV, registrado el 7 de diciembre de 2005, en la que el medio de comunicación da muestra latente de discriminación racial en el uso del lenguaje al publicar la siguiente placa.


La imagen habla por sí sola, y da cuenta de la existencia de discriminación frente a la población extranjera, en este caso la de origen boliviano, máxime que esta publicación dio como resultado la creación de múltiples foros en Internet en los que se hallaron cantidad de comentarios, muchos de ellos aludiendo al hecho noticioso, como algo gracioso omitiendo la gravedad del acto comunicativo.

Por otra parte, durante el último semestre del año 2008, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo en Argentina (INADI), difundió en muchos lugares públicos de Buenos Aires la campaña impresa “Las palabras discriminan”, en la que se destacaba la exclusión a la población boliviana, invitando así a la sociedad bonaerense a evitar este tipo de actos lingüísticos que dan muestra de xenofobia.

(7)
Esta campaña visual fue uno de los resultados del estudio sobre segregación social que el INADI hizo en la Argentina desde 2006 hasta 2008, que arrojó conclusiones como que cerca del 70 por ciento de las/os argentinas/os se caracteriza por tener pensamientos y/o prácticas discriminatorias.(8)

Ahora bien, partiendo de los ejemplos expuestos, es necesario preguntarnos sobre cómo ver este fenómeno. Desde la mirada de Alicia Entel “la ciudad es el hormigueo humano con historias grupales, heterogeneidades, identidades y cotidianeidades presentes”(9), y estas difencias evidentes en muchos aspectos, producto de procesos que no cesan dan como resultado fricciones, que pueden desembocar en fenómenos xenófobos característica de la ciudad moderna, en tanto como afirma el sociólogo David Frisby es precisamente en la modernidad donde se albergan una serie de tensiones que se manifiestan en forma de ambigüedades y contradicciones.(10)

De esta forma y siguiendo al sociólogo, es en estos procesos de modernización, donde se generan estos fenómenos, que parecen recibir el impulso de fuerzas unilineales y en apariencia inexorables(11). Así, vemos que Buenos Aires, en el caso que nos compete, es una ciudad que siendo producto de la modernidad, al albergar este cúmulo de fuerzas en su interior, produce tensiones que podemos ver encarnadas en la figura de la discriminación.

Para entender el fenómeno que expone claramente Caetano en la película Bolivia y ésta como una narración que involucra –en palabras de Entel- historias grupales, y heterogeneidades, es necesario ir a la historia.

Un contexto histórico
Para ver este proceso en el que confluyen diferencias está bueno hacer un rápido contexto del fenómeno migratorio, específicamente de bolivianos, en Buenos Aires; un proceso que empieza promediando la década de los años 60, cuando los oriundos de Bolivia llegaban al norte del Argentina siempre con finalidades laborales. A finales de los años 80 y sobre todo en el transcurso de la década de los 90, la Capital Federal se convirtió en el lugar escogido por esta población para instalarse, por una razón lógica: la crisis económica en Bolivia, que justo coincidió con el momento en que Argentina aplicó la ley de convertibilidad de su moneda con el dólar (12). Precisamente, este contexto de la migración de bolivianos en Argentina, lo toma en cuenta Adrián Caetano para construir el personaje de Freddy, quien llega a Buenos Aires a desempeñarse en un oficio no calificado, y que tuvo que salir de Bolivia a causa de la crisis económica, que afectó, sobre todo, a la población campesina.
-Vos que hacías allá en Bolivia Freddy?
-¿Allá en Bolivia?... trabajaba en el campo, con las máquinas cosechadoras.
- ¿Por qué te viniste para acá?
- Porque trabajaba en la cosecha de coca y en los frutales, y después vinieron los yankies y quemaron todo, arrasaron todo. (13)
Por otra parte, otros estudios de este fenómeno mostraron como característica, que siempre fue diferente la migración de hombres y mujeres, en tanto los primeros en su mayoría venían con el objetivo laboral, a desempeñarse en oficios no calificados. En el caso de las mujeres, llegaban a Buenos Aires, en la mayoría de los casos siguiendo a sus padres y maridos.

La Buenos Aires de los bolivianos
Hasta ahora hemos intentado ver, a la luz de lo que expone Caetano en su película y con relación a los hechos históricos sobre los migrantes bolivianos en Buenos Aires, cómo se da este fenómeno dialéctico en la ciudad, que según Frisby es normal en tanto las diferencias generan tensiones. Esto tiene relación con lo que piensa Entel con respecto a las ciudades de finales de segundo milenio que, según la investigadora, “serían el lugar de la decadencia […] de las desigualdades, de la fascinación tecnológica y el consumo, pero también de la pobreza y la marginalidad. Como si en las ciudades actuales se percibiera más que en otros sitios las contradicciones entre las promesas democráticas típicas de la burguesía”.(14)

Sin embargo, y aunque estas posiciones son coherentes con lo que sucede en una megalópolis como Buenos Aires y que ha sido retratado en la imagen cinematográfica de una manera especial por Adrían Caetano, también es importante mirar cuál es la Buenos Aires de los bolivianos; porque si bien es cierto que los hechos tanto de la “ficción” –hablando de Bolivia, la película– como de la “realidad” –los expuestos al principio con el canal Crónica TV- son evidentemente discriminatorios, el tema de la discriminación tiene que ser visto como una relación de doble vía, en la que existe un organismo discriminador y otro discriminado.


Hasta ahora, esta relación la hemos analizado desde la Buenos Aires que discrimina a una comunidad en particular, pero desde los bolivianos, ¿es posible que haya en ellos, cierta presencia de autodiscriminación?(15). Desde la psicología, cuando un individuo recibe un estímulo negativo, surge en él un mecanismo de defensa que lo protege de seguir recibiendo este tipo de estímulos, definiéndose como autodiscriminación. Esto, desde la posición del discriminado –en este caso el boliviano-, se puede evidenciar en tanto como comunidad, desde que historícamente arribó a la Capital Federal, y siempre se ubicó en espacios periféricos de la ciudad, en muchas oportunidades en caracter de “invasor”, y en la mayoría de los casos sin una “legalización” del ingreso al país, generando así la única posibilidad de desempeñarse en oficios no calificados y por ende expuestos a la explotación laboral, como bien lo retrata el cine de Caetano.

Retratos de una ciudad moderna
Para Caetano su película no buscaba hacer una radiografía de una sociedad que discrimina. De igual forma con este texto, tampoco se pretende encasillar a Buenos Aires como una ciudad xenófoba. Sin embargo, desde la mirada de un inmigrante, se intenta ver, como a través de las imágenes que provee el cine y la realidad, se da una contradicción desde una ciudad origen de la migración que discrimina al migrante, pero una contradicción que no es exclusiva de Buenos Aires, sino, como lo dicen los estudiosos del tema, una contradiccion constante de las ciudades contemporáneas.

Como bien lo plantea Entel, en este tipo de sociedad se producen ambigüedades –siguiendo a Frisby– vistas a través de la producción de discursos de integración que a la vez son altamente expulsores. En palabras de la investigadora “se han producido integraciones económicas y políticas que intentan poner superestructuralmente en suspenso las nacionalidades en función de comunalidades que beneficien al conjunto. Pero al mismo tiempo se despliegan y efectivizan las tesis economicistas acerca de que no toda la población del planeta sobrevivirá y de hecho, los planes de ajuste y reducción de posibilidades laborales y de supervivencia entran en la misma lógica”. (16)

De todo esto, podemos entonces decir que, aunque las formas de representación de Buenos Aires en el cine se han dado de varias y diferentes maneras, la migración ha acompañado la ciudad y sus habitantes de forma muy importante.

Buenos Aires, la ciudad más europea de América o, como lo dice Gorelik, la más latina después de París, por su cúmulo de culturas producto de la migración, mantiene una necesidad casi innata de expresarse, y el cine como instrumento de expresión, ha sido ese aliado perfecto para apostarle a la conservación de la memoria y el recuerdo; en este caso, para afirmar y reflejar sus contradicciones como ente vivo que es, pero, lo más importante, para no olvidar que es la migración desde hace siglos el fenómeno constructor permanentemente de la ciudad… esa gran creación de la modernidad.


*Texto publicado en Buenos Aires, la otra ciudad. Una mirada del extranjero en tránsito. Edición independiente. Buenos Aires, 2009



Notas
  1. Gorelik, Adrián (2004). Miradas sobre Buenos Aires. Historia cultural y crítica urbana. Siglo veintiuno editores. Buenos Aires.
  2. Estudio sobre la identidad genética de los argentinos. Informe publicado el 16 de enero de 2005. En http://www.indigenas.bioetica.org/nota28.htm
  3. En Argentina el término “bolita”, es usado para nombrar de una manera despectiva a la población boliviana que ha migrado y que en la mayoría de los casos se desempeña en oficios no calificados.
  4. Fragmento de diálogo. Bolivia (Buenos Aires. 2001)
  5. Fragmento de diálogo. Bolivia (Buenos Aires. 2001)
  6. Comentario del director Adrián Caetano sobre su película “Bolivia”, publicado en www.litastantic.com.ar, en mayo de 2009.
  7. La campaña que se expuso en la ciudad tenía más frases. Para efecto de este trabajo editamos la imagen mostrando la que hace énfasis a la discriminación a la población boliviana en Argentina.
  8. Mapa de discriminación en Argentina. Fuente INADI en http://www.inadi.gov.ar/
  9. Entel Alicia. La ciudad bajo sospecha. Comunicación y protesta urbana. Editorial Paidos. Buenos Aires.
  10. Frisby David (2007) Paisajes urbanos de la modernidad. Editorial Universidad de Quilmes. Buenos Aires, p. 14.
  11. Frisby. Op Cit., p. 14.
  12. Migración transnacional de bolivianos y bolivianas a la Argentina y su impacto en comunidades de origen. Estudio realizado por la Fundación Pasos – Sucre – Bolivia, y apoyado por el Fondo Mink'a de Chorlaví (www.GrupoChorlavi.org). El Fondo es auspiciado por la Organización Intereclesiástica de Cooperación al Desarrollo (ICCO, Holanda) y el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC, Canadá). Publicado en www.grupochorlavi.org
  13.  Fragmento de diálogo entre Rosa y Freddy. Bolivia (Buenos Aires. 2001)
  14. Entel. Op Cit., p. 22.
  15. Perez-Acosta, Andrés; Benjumea Rodríguez, Santiago (2002) Autodiscriminación condicional: la autoconsciencia desde un enfoque conductista. Revista Colombiana de Psicología. Número 11. Bogotá. pp. 71-80.
  16. Entel, Op Cit., p. 28.

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